romance de dante capitulo 8 final apoteosico o como koño se escriba

weno aqui acaba esta intregante novela que escribi x ahi de los años 2005 2006 k años akellos... queria dejaros una nota antes de que acabeis esta fascinante lectura y es que quizas el final no os entusiasme pero pensar k fue escrito con presion y pasando una mala epoca sin mas os dejo terminar.............



Capitulo 8
El comienzo del fin

Sheila:
Subimos hacia arriba a ver que pasaba, y nos detuvimos en frente de su puerta al oír la música a todo volumen.
-¡vaya!- exclamé, yo ya sabía lo que eso significaba, pero por lo visto Helena no tenía ni idea, y eso lo iba a aprovechar.- aquí se nota quien a estado mas cerca de el toda su vida.
-bueno si pero recuerda que yo te llevo ventaja- dijo con superioridad.
-¿tu crees? ¿Te crees que sigo aquí sin habérselo confesado ya?- le dije dejándola mas blanca que la tiza. – es mas yo tengo algo que tu todavía no tienes.
-¿a si? ¿Y que es si se puede saber?- me contestó protestante.
- pues es nada mas ni nada menos que el sabor de sus labios- el shock que me creo el escuchar esas palabras me hicieron retroceder un poco, pero lo suficiente para hacerme caer por las escaleras principales. En ese mismo momento salía por la puerta Dante que al verme caer saltó para recogerme, en ese momento pude llegar a pensar que lo que hacia no era correcto, pero supongo que en el fondo pensé que si tenia que morir mejor que fuera a su lado.



Dante:
“¿Por que habría tanto jaleo fuera?” eso fue lo primero que pensé.
-estas niñas ya están haciendo alguna de las suyas.- al salir lo primero que pude ver fue a Helena cayendo por las escaleras, fue tal la impresión que lo único que se me ocurrió fue lanzarme tras ella. Mientras caía supe que todo ya estaba perdido, no seria capaz de alcanzarla además seguro que yo tampoco acabaría muy bien.
Cuando llegué al suelo el dolor era tal que tan solo me pude mantener conciente un par de segundos y lo último que pude hacer fue mirar como estaba helena, ella estaba extendida en el suelo en un charco de sangre, después me quede inconciente.
Me desperté en el hospital había perdido la noción del tiempo, pero pude suponer que llevaba bastante tiempo por que ya era de noche y a los pies de mi cama yacía Sheila, dormida con esa cara de preocupación que jamás me pudo ocultar en nuestros momentos duros. Ahora esa mirada parecía como si estuviera dolorida supongo que no quiso creer lo que dijeron los médicos, o tal vez lo que ellos dijeron no fue tan esperanzador. Me intente incorporar, pero un profundo dolor me hizo desistir entonces recordé el estado de helena después de el “aterrizaje” me esforcé por despertar a Sheila de su sueño con suavidad. Poco a poco fue abriendo sus ojos y aun un poco aturdida se me quedó observando, rápidamente fui rodeado por sus brazos y sus manos cubrieron mi espalda, pude oír su débil sollozo sobre mi hombro. Pude apartarla de mí después de un buen rato llorando y así poder preguntarle lo que tanto me angustiaba por dentro:
-Sheila, ¿como esta helena? ¿Esta bien?- no recibí respuesta alguna tan solo aparto la mirada y no dijo nada. Estuvo así un buen rato, sin decir nada tan solo mirando el suelo, asta que no pude aguantar más y se lo volví a preguntar.
-Sheila es importante, por favor dime como esta helena.- de repente sus ojos se fijaron en los míos como llamas ardiendo, enrojecidos por haber estado llorando durante horas, entonces habló.
-¿tanto quieres saberlo? Pues pregúntalo a los médicos, yo no se nada...
No volvió a hablar en horas, tan solo se aferraba a mi mano como un naufrago se aferra a sus posesiones.
Pasaron 3 días antes de que pudiera ponerme en pie, Sheila no se separo ni un solo instante de mi lado rehusando cualquier intento de que se fuera a casa a descansar. Aproveche que Sheila se había ido al lavabo para escabullirme e ir a la habitación de Helena pues nadie me había querido dar ninguna explicación de cómo estaba, todos le evadían en ese sentido y yo ya me sentía algo inquieto, no podía ser bueno que nadie quisiera hablarme de su estado, pero pronto lo entendería.
Fui esquivando a las enfermeras que ya me conocían hasta llegar a mi destino, abrí la puerta lentamente por si había alguien, pero no había nadie, me acerque a la cama y lo que encontré fue un amasijo de cables alrededor de una pequeña persona totalmente deshecha, en eso que una mano se poso en mi hombro, era una mano calida, me gire a ver de quien era esa mano, encontré un medico relativamente joven, bastante guapo aunque tenia toda la pinta de que llevaba días sin dormir y sin arreglarse, su mirada era serena y su sonrisa resplandeciente aunque un poco cansada.
-ola, tu debes ser Dante ¿no?- me pregunto su voz parecía que hubiera sido tierna hace mucho pero ahora solo era el reflejo quebrado de lo que un día fue.
-si, yo soy Dante- le dije- ¿cual es su estado?
-vaya, no te andas con rodeos, pues yo tampoco, veras las cosas no pintan nada bien, no da señales de que vaya a despertar y ya lleva 4 días en este estado alimentándose a trabes de esas maquinas.- se me quedo mirando fijamente antes de proseguir parecía que lo estuviera pasando realmente mal- haremos lo que podamos pero el golpe fue tremendo y no sabemos que secuelas tendrá cuando se despierte.
En ese momento me derrumbe quise ser tragado por el infierno mas tenebroso de todos. Después de aquello me quede en estado de shock, no hablaba con nadie, ni comía ni tampoco dormía tan solo estaba allí esperando que por esa puerta apareciera el medico de Helena para que me dijera que ya se había despertado, pero eso nunca llego a ocurrir. Sheila estuvo todo el tiempo a mi lado a pesar de que no hablara ni hiciera nada por mejorar mi estado en su presencia. Hasta que un día hablando me pidió que me olvidara de ella que lo suyo no tenia solución, que jamás despertaría, aquello me destrozo mas aun, tan solo pude bajar la mirada y le dije que lo reconsideraría.
-hagas lo que hagas yo siempre estaré a tu lado.- dijo Sheila. La mire fijamente quise agradecérselo, en serio, pero no pude articular ninguna palabra.

Es extraño durante las primeras semanas tan solo quería llorar pero por mas que lo intentara no manaba ninguna lagrima de mis ojos, quizás fuera porque no quería preocupar a Sheila a quien sabe, tan solo sabia que no habría un futuro, quizás porque nunca lo hubo pero lo cierto es que sentía que todo había llegado al fin.
Y ahora mientras escribía esto lo eh estado reflexionando, como de costumbre no eh llegado a ninguna conclusión... joder, Sheila se ha ido a casa, esta decidido se lo dejare todo a ella supongo que sabrá manejarlo tan solo espero que no me lo tenga muy en cuenta lo que voy hacer.
Ya esta... no duele mucho tan solo es algo molesto, la bañera ya se esta tiñendo de ese color que tanto me gustaba, de ese rojo carmín...
Es el fin estoy decayendo casi no puedo ver...
¿Que es esto? ¿Quien entra? Oh no es Sheila, no tendría que haber visto esto, pero ya da igual no puede hacer nada... no puedo oírla pero se que me esta hablando, llora, ¿porque llora? ¡¡No llores!! Llorar es de débiles, no llores, no por mí...
Adiós no te olvides de mí, no te olvides de que en el fondo siempre te amé, adiós Sheila ahora me voy a reunir con mi amor se que me esta esperando en algún lugar... adiós.

FIN

p.d: para los que os hayais quedado con ganas de mas deciros que estoi escrbiendo la segunda parte mas madura que esta y en ella intentare resolver los vacios que tiene esta ........

frase del dia:Este es mi fusil, hay otros muchos pero este es el mío. Mi fusil es mi mejor amigo, y es mi vida, tengo que dominarlo igual que me domino a mí mismo. Sin mí mi fusil no sirve, sin mi fusil yo tampoco sirvo. Tengo que acertar con mi fusil, tengo que disparar a dar al enemigo que quiere matarme, tengo que darle antes de que me de a mi, lo haré. Esto que digo lo juro ante Dios, mi fusil y yo somos los defensores de mi patria, dominamos a nuestros enemigos y salvamos nuestras propias vidas. Así sea, hasta que en vez de enemigos haya paz. Amén.