romance de dante capitulo 3

y weno sigo con mi libro que aunk no tiene muxos seguidores algien lo lee no seais duros

Capitulo 3
El rencuentro
Dante:
-¿si?- dije descolgando el teléfono.
-Dante, soy yo- dijo una voz al otro lado del teléfono, que sin duda era la de ella, era Helena.
-¿Helena? ¿Te ocurre algo?-dije muy preocupado.
-Dante me he escapado pero no se volver- dijo llorando.
-haber ¿donde estas?- dije
-en la “estación sin retorno”-dijo, eso no estaba muy lejos podía llegar corriendo en media hora como mucho pero eso era demasiado tiempo necesitaba otro medio…
- vale tu estate quieta allí yo te iré a buscar-dije y luego colgué el tiempo era esencial, me dirigí a la parte de atrás de la casa, allí estaba mi solución la bicicleta cogí un paraguas y me monté en ella. Empecé a pedalear mas rápido que nunca lo había echo llevaba el paraguas colgando en el brazo por que no podía correr y aguantar el paraguas al mismo tiempo, me estaba quedando empapado de tanta agua, pero debía aguantarlo no podía dejar que le pasara nada o no me lo perdonaría jamás.
Tarde exactamente 10 minutos, cuando llegué me la encontré en un rincón apartada, sentada en el suelo can las manos puestas sobre sus ojos, supongo que estaría llorando era triste verla así, me acerque y cuando llegué soltó un débil sollozo, una vez estuve a su lado le susurre al oído:
-no llores y volvamos a casa, ya a pasado todo mi amor.
-si por favor volvamos, volvamos a casa.-dijo un poco mas calmada.
-Por cierto ahora cuando volvamos ¿puedes sujetarme el paraguas? Es que mira como me eh puesto por no llevarlo.-dije
-jajaja claro que puedo, eso ni se pregunta.-dijo entre nuestras risas.
Cuando salimos a la calle nos fijemos que ya no llovía nada, parecía como si una esponja se hubiera llevado esas nubes.
-me parece que no ara falta que te llevé el paraguas ¿no?-dijo
- si, ya no ara falta.-dije mientras subía a la bicicleta.


El trayecto de vuelta fue mas calmado estuvimos mucho rato riendo. Cuando al rato llegamos a mi casa y ella vio los escombros a lo que había sido reducida su casa dijo.
- oye Dante, no se como decirte esto… ¿puedo quedarme en tu casa?
-claro que puedes quedarte si no, ni me hubiera molestado en irte a buscar.-le contesté
-gracias de verdad, eres mucho mejor de cómo te recordaba pero bueno vamos a dentro que te tienes que bañar que estas chorreando. –me dijo
Entremos en casa, de nuevo me sentí como la persona mas afortunada por tenerla a mi lado.
Me fui a bañar y mientras me bañaba me entraron las dudas ¿Cuánto tardaría su madre en encontrarla? supongo que no mucho, pero esa vez me tendrían que matar… era tan fácil decirlo y tan difícil aceptarlo, en eso que noté como si alguien abriera la puerta del lavabo.
-Helena ¿eres tu?-pregunté
- si, es que me sentía muy sola allí fuera, ¿sabes?- dijo- por eso si no te molesta…
-bueno si descontamos lo que estoy desnudo completamente, por lo demás no pasa nada-dije
-ah bueno tranquilo que no miraré- me contestó
-gracias, y bueno cuéntame ya conoces a ese tipo, al ricachón digo.
-si que lo conozco y me gusta pero no se, la verdad es que tu me gustas más y además es solo dinero lo que le importan, el dinero y su empresa, me gustaría mas que fueras tu quien me desposase así que me gustaría que nos prometiéramos.
-¡¡¡¡¡¡qué!!!!! ¿Pero que dices? No creo que eso sea una cosa que se pueda decidir así. –la verdad es que me sentía muy emocionado jamás había tenido novia y mucho menos una prometida, estaba tan emocionado que salte de la bañera.
-esto… Dante que estas desnudo, te lo recuerdo- me dijo mientras se tapaba los ojos con las manos.
-¡¡¡¡¡¡ah!!!!! Dios que vergüenza- dije todo rojo- no si es que…
Al final acabe por salirme de baño, estar en ese sitio era un peligro además tenia sueño.
-bueno sacando el tema de dormir ¿yo donde duermo?- me dijo
- ah bueno la verdad es que no tengo ninguna habitación de invitados preparada así que puedes dormir en mi habitación, yo dormiré en la de mis padres. –le dije
-vale y gracias por todo.-me dijo mientras se dirigía a mi habitación
-no hay de que, para eso estamos los amigos de la infancia- le dije con sarna
- o mas que amigos- me contestó, yo me quedé helado, de piedra.
Me fui a dormir, entre en la habitación de mis padres, hacia tiempo que no entraba. Era la única habitación de la casa que tenia una cama occidental, lo demás al ser del estilo japonés lo que habían eran futones, me sentía algo extraño, pero bueno en definitiva me acabé durmiendo.
A la mañana siguiente lo que me despertó no fueron los pájaros sino algo más contundente, algo así como una gran explosión, un tipo de explosión que me resultaba familiar. Y allí en mi habitación había la única persona capaz de armar tal estruendo “Sheila” estaba allí plantada en medio de la habitación encima de un cohete que había destruido parte del techo, su cara no reflejaba la típica alegría que solía mostrar, mas bien era una mirada de odio y rencor.
- ya veo te dejo una semana por que tengo que hacer un viaje muy importante y cuando vuelvo me encuentro con que ya te esta acostando con otra, ¡¡eres un cerdo!!- dijo muy enfadada
-¿eh? Sheila que dices si yo no…- pero ella estaba en lo cierto a mi lado estaba Helena con la cara de miedo por el susto- esto no es lo que parece te lo juro.
-así que por fin has encontrado novia ya era hora ¿no crees? Además no esta nada mal esta- dijo señalando a helena.- ¿como se llama? ¿Me la presentaras no?
-Claro, helena esta chica es Sheila una amiga del colegio- empecé- y Sheila esta es Helena mi no… mi prometida.
-¿¡¡¡como!!!?-gritaron las dos.
-bueno es que eh estado pensando lo de anoche y bueno eh pensado que no era tan mala idea- dije- pero hablando de ideas aun no tengo ni idea que haces metida en mi cama.
- ah bueno… esto… es que veras como no sabia donde estaba tu cama me vine a preguntártelo, pero ya estabas dormido y como no te quería molestar, pues decidí meterme en esta que es bastante grande para los dos.- me dijo
-pero eso no es excusa para meterte en mi cama sin previo aviso,-le dije pero puso una cara de arrepentimiento que me atacaron mis remordimiento y no tuve mas remedio que perdonarla.
-bueno que tal si desayunamos, que acabo de tirarme 12 horas en este cohete y tengo hambre- dijo Sheila
-vale ahora preparo algo- dijo Helena mientras salía de la cama.
-y oye vamos a ver ¿de donde as sacado a esta tía? por que, que yo sepa no eres tan guapo, ni tan listo, ni tan valiente…- empezó Sheila – vamos en definitiva eres un desastre como hombre, aunque quien sabe a lo mejor si que tienes algo que te hace único.
- ¿ah si? ¿Y que es?-pregunté era la primera vez que veía a Sheila haciendo-me un cumplido.
- tu...tu…pues no se que te ah visto. – me dijo toda descarada. Sheila era una chica que hacia muchos años que conocía, era muy guapa, inteligente, pero una gamberra a la que le encantaba torturarme con extrañas maquinas que ella misma creaba, pero a pesar de todo siempre estaba a mi lado si la necesitaba y me sentía muy bien con ella.
-que jeta que tienes, ¿como eres capaz de decirme eso? – le dije
-por que es preferible que te lo diga yo a que te lo diga otro. Me voy abajo ayudarla
“volvía a estar nublado”

y como se desarrollara todo? y xk el tiempo no para de canviar? todo eso y mucho mas en el siguienta capitulo