romance de dante capitulo 7 (1 cap mas y akabamos)

weno aki os dejo el penultimo capitulo de mi "fabuloso" libro no seais muy duros.

Capitulo 7
¿Y porque yo?
Dante:
Me dirigía hacia la habitación de Sheila mientras pensaba que detalle me habría saltado para que esto acabara como estaba en ese momento. Piqué y entré, me la encontré haciendo las maletas.
-¿que haces?- le dije deteniéndola.
-vaya, acaso no lo ves, estoy haciendo las maletas. Me voy de esta casa.-me contesto enrabiada mientras me apartaba.
- pero… ¿porque?- pregunté, estaba nervioso, no quería que por nada del mundo ella se fuera, era mi principal soporte, y sin el me derrumbaría.
-¿aun no lo has entendido? No puedo estar junto a ti, no si quiero dejar de sufrir, que el verte con ella duele como brasas en llamas en mi joven e inexperto corazón, por eso adiós.- me dijo con lágrimas en los ojos. Paso junto a mi que me había quedado paralizado por el shock, justo antes de que alcanzara la puerta la pude agarrar de la muñeca y la pude volver hacia mi, de sus ojos salían unas pequeñas lagrimas que hicieron temblar mi pobre corazón. Ella se fue acercando lentamente hasta bordar mis labios con uno de esos besos que quitaría el hipo al que mas. Me quede atrapado en un laberinto de sentimientos que me confundía y me perdía, me tenia enredado entre sus labios y no se me ocurrió otra cosa que hacer que envolverla yo a ella con los míos, ya la envolví aunque no me arrepiento de haberlo hecho no creo que fuera la opción mas acertada pues me sentía que estaba (y de echo lo estaba haciendo) traicionando a Helena. Por suerte no paso de un simple beso, pues me solté y le dije:
-Sheila esto no esta bien.
- lo entiendo y es por ello por lo que me voy.- me contestó.- no puedo seguir amándote tanto y tener que ver como es a ella a quien tu amas.
-pero Sheila tu no me puedes dejar si no me podría derrumbar. Por favor no te vayas.- le dije suplicante.
-de acuerdo, me quedo pero prométeme que reconsideraras mis sentimientos por ti.- me dijo muy seria.
- de acuerdo no olvidare jamás tus sentimientos.- le dije después de eso salí de su habitación y pase por la habitación de Helena, ella dormía placidamente, como se lo tomaría ella eso de que me hubiera besado con Sheila, bueno no creo que eso importara mucho en ese momento, lo que importaba era en como me lo iba a montar para albergar en mi pequeño corazón dos amores tan puros e inocentes, si es que se pueden denominar así. Seguí hasta mi habitación, una vez dentro me derrumbé sobre mis pies y sin querer rompí a llorar de desesperación y de tanta confusión. Y llorando el sueño me fue venciendo hasta que entre un mar de lagrimas mis ojos se cerraron para esperar la mañana.
La mañana se despertaba muy oscura y extraña, baje para despejarme un poco, parecía que era el primero en levantarme así que aproveché para darme un baño en esas magnificas aguas termales que estaban pidiendo a gritos que las probara. El simple vapor que desprendía el agua ya parecía purificarme, me metí lentamente y con mucho cuidado, una vez que estuve dentro me relajé tanto que parecía que hubiera vuelto a nacer. Estuve un buen rato, y quizás demasiado, dentro del agua y me tuve que salir por que sentía de que algo ya no iba bien, me estaba mareando y necesitaba aire. Una vez fuera ya me empezaba a encontrar mejor, las chicas ya se habían despertado y estaban desayunando.
-tienes café allí- dijo Sheila señalándome la cafetera.
-no me encuentro muy bien así que por hoy paso.-le dije sonriendo.
-vaya ¿que te pasa?- preguntó Helena sonriente, estaba preciosa, llevaba un camisón de seda rosa que no dejaba entrever nada pero de eso se encargaba mi imaginación, en cambio Sheila era mas clásica además no me impactaba verla un mañana mas, era tan solo que quizás ahora la estaba viendo con otros ojos.
-na…nada no te preocupes.-dije
-um… ¿estas seguro?- Sheila se acercó y poso su frente junto a la mía.-pues yo noto que tienes algo de fiebre.
-que… Que dices imagina…ciones tuyas- no me extrañaba se había puesto tan cerca que todo mi rostro estaba tan encendido como unas brasas. Mientras eso ocurría helena me miraba con una mirada que parecía decirme que se supone que hacia y me hizo recordar lo ocurrido la pasada noche con Sheila y sin querer me asuste y me aparté de Sheila en ese mismo instante.
-¿que te ocurre Dante?- me pregunto Sheila
-nada es tan solo que tengo cosas que hacer.- me di media vuelta y subí a mi habitación, una vez allí me senté en el escritorio y desempaqueté una de mis libretas y me puse a hacer lo único que en ese momento podía quitarme esa sensación de mi cuerpo, dibujar mientras escuchaba música.



“todo indicaba que volvería a llover”


frase del dia :Dicen que a través de las palabras, el dolor se hace más tangible. Que podemos mirarlo como a una criatura oscura. Tanto más ajena a nosotros cuanto más cerca la sentimos. Si uno de estos pequeños granitos enferma, el resto del organismo enferma también. Pero yo siempre he creído que el dolor que no encuentra palabras para ser expresado es el más cruel, más hondo… el más injusto. Pasé mi vida amando a una mujer que amaba a otro que no la amaba sino que amaba a otra de la que nunca supo si la correspondía. Era un tiempo en el que miraba al futuro con más esperanza que miedo.

sed wenos