11# el extraño sueño(final) y si lo quereis seguir os lo dejo a vuestra libre eleccion

Kakashi había ido a avisarle a la señora Haruno que Sakura estaba bien, que ya podría verla, mientras que Sasuke, sentado en una silla a escasos metros de la chica, le hacia una extraña compañía, que, aunque fuese tensa y silenciosa, la chica la agradecía desde lo más profundo de su corazón. El joven tan siquiera la miraba, este jugueteaba con una kunai que sostenía en la mano derecha, mientras que la chica estaba hipnotizada por el ir y venir del arma en las manos de aquél chico que la tenia totalmente intrigada, sabía que el también poseía un enorme corazón, repleto de amor para dar, pero por alguna extraña razón había crecido una coraza a su alrededor en modo de defensa, si, el siempre estaba a la defensiva, no estaba dispuesto a que le hiciesen daño, y eso implicaba no involucrarse con nadie… ser frió como el hielo.

- Sasuke-kun…tu… ¿Estás bien?

Sasuke la miro extrañado, parando de jugar con el arma para después guardarla en su estuche, la observo un instante, como si quisiera mirar más allá de la superficie, entrar en su mente y saber exactamente a lo que se refería.

- ¿A qué te refieres?

- Pues veras… me da la impresión de que no estás bien, no me refiero a una herida…si no…ha… tu interior… ¿Estas…triste? – dijo la chica temerosa, sin saber si era o no prudente preguntar aquello.

En la mirada de Sasuke se pinto algo que esta jamás había visto, era una especia de tristeza distinta a la que la chica recordaba, aunque tan solo tuviese recuerdos de un mes atrás, pero aun así, estaba segura de que, aunque volviese a perder todos sus recuerdos, esa imagen, esa mirada no se había grabado en su mente si no en su corazón, y nunca, jamás la olvidaría pasase lo que pasase.

- Perdóname… quizás no debía haberlo preguntado… perdóname Sasuke-kun…

Sasuke no contesto, solo se levanto de la silla en dirección a la puerta, la abrió para después hablar bajo el umbral, sin tan siquiera darse la vuelta para ver a su receptora.

- No seguiremos con el entrenamiento hasta que se te curen esas heridas… ya nos veremos Sakura… - dijo con una voz sin expresión alguna.

Antes de que este siguiese avanzando la chica salto de la cama, aguantando el dolor de las heridas causado por el brusco movimiento, corrió como pudo hasta el chico abrazándole por la espalda, dejando caer algunas lagrimas por sus mejillas.

- ¡Perdóname! –Gritó la chica para después abrazarle con más fuerza - ¡Soy una tonta…una pesada! No pensé en que podía haberte hecho daño… ¡Perdóname!

Sasuke se soltó de la caricia de la joven para después ver como esta llevaba su mirada, cristalizada y salpicada por pequeñas gotas salinas, al suelo, dejando que aquellas gotas saltasen hasta llegar al suelo. Tomo su mentón suavemente y alzo su cabeza con delicadeza.

- No me has hecho daño, tranquila.

Sakura le miro directamente a los ojos, estos volvían a ser aquellas perlas negras tan características suyas, pero esta vez tenían algo distinto, parecía que todo aquél hielo que le cubría se había derretido por el afecto de la joven.
La chica le abraso nuevamente, hundiendo su cabeza en el pecho del chico, este, sonrojado, le devolvió el abrazo intentando consolarla.

- kuso… -Pensó mientras la abrazaba.
Habían paso un par de días, quizás tres, Sakura, castigada por su madre, no había podido salir de casa, cosa que ponía muy triste, tenía unas enormes ganas de ver al Uchiha, ya que, después de que comprobara que este noca recia de corazón, y que, sentía algo de afecto por ella, necesitaba verle con urgencia, pero hasta que esto ocurriese la chica se conformaba con mirar su marco de fotos, en la que salía el equipo 7 al completo, aunque su mirada tan solo se fijaba en cierto pelinegro ¿Es que se estaba enamorando? Tomo el cascabel que yacía sobre la mesilla de noche, junto a una rosa lamparita y una novela romántica que no había tomando nunca, por lo que supuso que la estaría leyendo antes de haber perdido la memoria.

- Quizás si me has dado…un poco de suerte…

Sakura llevaba el cabello recogido en una coleta alta, que dejaba caer su largo y lacio cabello rosa hasta su cuello, mientras que sus característicos mechones delanteritos seguían ahí, como siempre, llevaba un vestido de mangas largas color granate, el cual le llegaba hasta un poco más arriba de las rodillas.

Estaba tumbada sobre la cama, boca abajo mientras en sus manos estaba cierto cascabel al cual ya se había acostumbrado a llevar a menudo, aunque siempre terminaba quedándose sobre alguna mesa.

- Debería atarte para que me sigas siempre…

Se levanto en dirección a una mesa, la cual tenía unos cuantos cajones, se sentó en la silla ya abrió uno de ellos, tomando unas tijeras y una cinta color negro.
Tras algunos cortes, logro hacer que el cascabel se sujetase en la cinta negra, mientras que la papeleta con la palabra “ai” se había quedado en la mesa, no quería tanto bulto, se ato la cinta alrededor del cuello quedando como una linda gargantilla negra con un dorado cascabel.

- Parezco un gato… pero no queda del todo mal…

La se volvió a tumbar en la cama, tenía bastante sueño, eran las cuatro menos cuarto de la tarde, y ella no había dormido casi por la noche, llevaba así desde aquel día en el hospital, tenia extraños sueños que la despertaba, pero no podía recordarlos cuando estaba ya consciente, llegando al punto de mantenerse despierta por miedo a volver a tener esos sueños incomprensibles e irrecordables.
Apoyo su cabeza en la mullida almohada, mientras sus ojos abiertos contemplaban el techo, poco a poco, estos se fueron cerrando dando paso a un sueño casi inevitable, dejándose caer en los brazos de Morfeo.

Sakura se encontraba en un lugar extraño, sumido en la oscuridad, con siniestros escombros a su alrededor, frente a ella había un kunai, el cual acaparo la atención de la chica, esta lo tomo suavemente, cuando lo tuvo en sus manos, todo aquel entorno se transformo, se veía a sí misma, con el cabello cortado de una forma espantosa, luchando contra un chico, de su edad, más o menos, que llevaba la banda de la aldea del sonido, mientras que, lee, naruto y sasuke yacían bajo un árbol.
Sakura soltó rápidamente el kunai, transportándose así a otro lugar, era el parque del centro de Konoha, allí estaba el banco en el que se había sentado días antes y el cerezo desnudo que había tras él, esta se acercó a él, tocando su rugoso tronco, para después ver cómo, poco a poco pequeñas flores brotaban de sus largas ramas.
Sakura dio unos pasos atrás, para después ver como su entorno cambiaba nuevamente de una forma fugas, mientras que un escenario daba paso a otro, eran sus recuerdos, pero pasaban de una forma tan rápida y borrosa que esta no podía distinguir nada, mientras que su entorno seguía cambiando una y otra vez si parar, sakura, asustada, puso las manos en su cabeza para después lanzar un grito.

- ¡Basta!

Los cambios cesaron, para volver al escenario original, aquel oscuro y penumbroso lugar que al parecer había sido devastado, todos sus cimientos estaban rotos, al igual que sus recuerdos.
Miro al frente, nuevamente estaba aquel kunai tirado frente a ella, esta lo miro fijamente, esperando a que algo sucediera, y sucedió, este empezó a flotar suavemente mientras que giraba de un lado a otro, de igual forma que lo hacía con su kunai Sasuke en el hospital, Sakura pestañeo, para después ver a Sasuke sujetando aquel kunai, para después guardarlo en su estuche de igual forma que en el hospital, este se acerco lentamente a la confundida Sakura y la abrazó tan cálidamente como ya lo había hecho días antes.

- Sakura… -escucho la chica de los labios del pelinegro mientras la abrazaba.

-¡SAKURA! ¡SAKURA!

Sakura abrió los ojos, era su madre quien gritaba su no nombre, intentando despertarla, quizás si la hubiese despertado antes se lo agradecería, pero ahora…ahora no, ahora estaba siendo abrazada por el Uchiha, y su madre la había despertado rompiendo la ilusión.
¿Estás bien? Gritabas “Basta” mientras dormías –dijo la madre vestida con un pijama color blanco.
- valla… ¿Qué hora es?
- las tres y media de la madrugada… te dormiste muy temprano… dime, ¿Teníais una pesadilla?
- Si…bueno no, en un principio fue muy confuso…pero después…era más amena…¡Espera un momento! ¡Me he acordado!
La señora Haruno la miro desconcertada para después lanzar un suspiro, últimamente sentía que ya no conocía a su hija…
- Vamos, ponte el pijama, te espero en la cocina con una taza de leche caliente, haber si reconciliamos el sueño.
- Vale, enseguida bajo.
Minutos más tarde, Sakura bajaba las escaleras con un camisón hasta las rodillas color rosa pálido, cuando llego a la cocina vio a su madre sirviendo la leche en un par de tazas.
- ¡Qué bien! ¡Me encanta la leche! –grito al ver su humeante taza.
Ploc ploc [N.S: ruido de un pico de pájaro chocando contra un cristal.]
Sakura se acercó a la ventana para ver un ave de mensajera de Konoha con una especie de mochila atada a su espalda, acaricio la cabeza del animal para después abrir la mochila y sacar un pequeño royo de su interior.
- ¿Qué es, hija? –pregunto la señora Haruno antes de darle un sorbo a su taza.
Sakura se encogió de hombros para después abrir el royo, lo leyó atentamente para después sentir como si alguien le estrujara el corazón, mientras que automáticas lagrimas rodaban por sus mejillas.
- Sakura… ¿Qué ocurre?
Sakura era incapaz de articular una sola palabra por lo que se limito a extender el royo hasta su madre, esta lo leyó preocupada, para después, en el momento que observó la última palabra, dejar caer la taza al suelo, rompiéndose en pequeños cachitos, al igual que el corazón de ambas mujeres.
Fin o continura en nuestra imaginacion

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La continuacion esta vuestra libre eleeccion yo no subire mas fics asta dentro de un tiempo porque no me siento con fuerzas para hacer nada

joo aora me lo tendre k imaginar!!

bueno!!! m,e encantaron todos!! de veras lo capitulos estaban geniales.!!!

bueno pues nda

sayo!!^^